Dedicatoria

libro

Compré un libro, no por el título, ni por el autor, tampoco por la promesa en la reseña de la cubierta. Lo compré por la dedicatoria que escribió su primer dueño, al regalárselo a alguien más. Había algo en las palabras, quizá nada en especial, pero más allá de eso, parecía que hubiera sido escrita para los que van entre libros como buscando algo, sin tener la certeza de qué, y al hallarlo, aún seguir dudando del hallazgo. Eso me trajo la idea de que el libro es más que sus páginas y su pasta, y su historia y su recuerdo; encima del libro mismo se teje otra historia, la de las manos que lo tomaron, de los desvelos por no dejar el capítulo a medio leer, de las anotaciones al margen del texto (quizá para decirle a los futuros lectores: yo estuve aquí), de las puntas de las hojas deliberadamente dobladas, de las sonrisas que despertó, y las angustias, y la sensación de adiós que queda tras la última página.

Alejandro Benito (cc by-nc-nd)

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